Bienvenidos aquellos que escuchan con la boca, ven por los oídos y hablan con los ojos. Angustiosos, pero finos; los mensajes que se celebran en este lugar. Coleccionamos la barbarie, la asimetría, lo repugnante, la poesía. Bienvenidos aquellos que nunca son bienvenidos.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Claustro feliz.

Juan Rudolffi

Éramos cautelosos con los chicos, la escena era la misma… el sillón y pequeños potecillos de mermelada, todo acompañado de un denso zumbido que significaba la expansión del alma sobre el cuerpo… pócimas y pociones, entretenimiento…. Luego llegaron los vinos y las cortinas se estilizaban y convertían cada vez más en nubes tercas, sucias de ciudad…
Conversábamos de que se yo, “cuantas canción caben en un verso”, “cuantos versos asen una canción”, “como robar en supermercado”, “¿Qué fumaremos al próximo día?”, es importante realmente importante… fui a cortar un trozo de pan duro con un corta cartón  para ofrecérselo a los gatos, ellos no lo aceptaron, prefirieron morir de hambre… y así fue, al séptimo día quedábamos los mismos… Carlitos sentado en el cojín rojo, en una esquina melancólica con los ojos pegados al ventanal, completamente drogado…  Víctor solo era como una masa iracunda capaz de incendiar el suelo, la casa y a cada uno de nosotros… hasta nos raptaría por pedir algo de dinero, A el no le parecía la idea de que no allá que tomar, en su locura, se paraba de la silla cada 2 segundos y caminaba al baño para salir antes de que incluso entrase completamente… en el sillón acostada de espalda, al tiempo en que se le asomaba la guata de niña preñada exclamaba delirios de grandeza y movía las manos como princesa mientras entonaba historias que todos sabíamos que nunca avía vivido, era la rosa, con el pelo cobrizo y los dientes extensamente divinizados… a ella le importaba poco todo, estaba allí simplemente porque fue su idea y porque sería lo mismo eso que su casa, a estas alturas de resaca y melancolía pos party… a beses yo salía a buscar algo de leche para darle, no era que la quisiera asombrar ni mucho menos, pero cualquiera de los hombres de esa habitación podríamos haber sido los padres de ese bebe o en realidad cualquiera de nuestro curso de media, no digo con esto que la rosita era una puta cualquiera, pero ella más que nadie sabía vivir la vida, conocía mucho más que todos nosotros y nos influenciaba a atrevimientos que son solo de ella…
Antes de todo me detuve en el tiempo… abrí la bolsa de basura y eche los cuerpos fétidos de los felinos que ya muertos se encontraban para el futuro, y en ese desgaste de quietudes imprescindibles esperemos hayan tenido el contacto con la “divinidad gatuna” (mejore conceptos en wikipedia)…
Cuando pasaron 30 días carlito vomitaba sangre, en un rojizo desliz de casillas pendientes… él no tenía las manos ni los desperdicios… solo una noción de depósito infernal, necesitaba de una vagina o de algún abrazo, además de los miles y miles de sueños por conseguir, sustancias que en las melancólicas tardes pudimos presenciar, tras suspiros instantáneos a la luz de la oscuridad…
esa noche carló  murió, se ahogo con el vomito, cuando lo comprendimos vimos en él la despreocupación y la paz de este camino tomado, creo que este “claustro divertido” ya estaba llegando lejos… la rosita después de eso nos izo prometerle a mí y a Víctor que no entregaríamos el cuerpo hasta el día que termine esta aventura, yo ya quería que termine, ya no me gustaba nada y lo peor que dentro de la legalidad fusionamos de jóvenes a delincuentes sin tener siquiera un proceso del cual agarrarse como refugio merecido, de estos días…
Me desperté la mañana del 23 de septiembre por el  sonido de la radio pequeña que teníamos,  chicharreaba de forma constante sobre la música… estaba sonando la canción de esta aventura…  no fue decisión unánime tenerla como himno fue solo causa del destino… recordé el día que imaginamos el Claustro feliz, cuando se une esta canción que ahora me levanta con las primeras iniciativas y pasa hasta este esperado final, estábamos en un café de la avenida T,K, Víctor llevaba un botellín pequeño de vodka y le echábamos al café y a todo lo que bebíamos, ese día llego rosita con una carpeta y allí tenía unos dibujos hermosos y hablaba barbaridades que nunca entendí, relacionaba nuestra frustración con la poca inteligencia que teníamos, debemos aprender a focalizar nuestra inspiración, “¡necesitan de nuevas vivencias , experiencias radicales para recuperar la inspiración!” (Decía rosita),  Y allí fue cuando empezó a sonar en el café la canción 1979 de los smashing pumpkins y casi sincronizada rosita nos propone la aventura, ella disponía con una casa abandonada que perteneció a su vis abuela pero estaba dejada… seria un trabajo retomarla pero aceptamos de inmediato, claro que en ese momento avían mas de 8 caras ilusionadas con la idea y al final se resumió en la mitad… mientras alegres gritábamos desenfrenadamente nuestras bendiciones rosita grita “viva el claustro feliz” y todos correspondimos esos gritos….

.  por Pablu
No aguante tanto más con esto de la canción aquella mañana y además sentí un fuerte olor a pan tostado y mantequilla… Salí de las frazadas que me abrazaban y me puse de pie… salude a rosita y me fui acercando hasta el lugar donde ella estaba calentando el pan, estaba tan linda esa mañana había pintado sus ojos y labios y tenía un vestido blanco como de  2 siglos de antigüedad… la canción seguía sonando era como que no tuviese final, toque sus hombros y la bese en el cuello, sentía tantas ganas de agradecerle el infierno que ocurría, como para que ella no fuese a sentirse tan mal, le dije en el oído “rosita, gracias, gracias corazón… ya es tiempo de despertar” después de la últimas frases ella me alejo con las manos y insulto mi dignidad, me trato de cobarde y además me inculpo a mi por la muerte de carló, dijo que si no fuese porque yo era un puto flojo que duerme placenteramente lo hubiese escuchado mientas vomitaba o mientras se ahogaba…  me enfurecí después de esas palabras que me abrieron el pecho como rayos al rojo vivo y le tire del brazo, ella callo y empezó a llorar, yo ya nada quería, respire profundo y le pedí perdón , ella me escupió, tome mi mochila abrí la puerta y me fui…

No supe nada mas de ellos hasta después de un mes más o menos, cuando leo en el diario que encuentran en una casa el cuerpo de 3 jóvenes, la investigación decía que uno de ellos al cual reconocieron con las iniciales de C.R, estaba muerto de por lo menos un par de semanas antes de los otros 2 que murieron envenenados. Entre ellos un joven de sexo masculino reconocido con las iniciales de V.T y una muchacha de 21 años embarazada reconocida con las iniciales de R.P….
Yo pensé  mierda en ese momento, Víctor cumplió y el feto también aunque no pudiese participar de los conversatorios, y yo, yo no cumplí con mi promesa, tristemente todas las noches me querrían condenar…
 partí hasta el cuartel de policía y en el camino quedaba la vieja casona, la sede del “claustro feliz”… estaba llena de cintas de la policía de investigaciones y unas calaminas que tapaban el ingreso, pero yo sentí la necesidad de entrar, el corazón me hablaba de profundas primaveras y expansiones de milenios tétricamente hechos a mano por quien me condenaría al abandono, mi soledad y complicidad procuraran repicarme el corazón  y estaba dentro de mi dolor esa posibilidad de desahogo… saque todo lo que obstaculizaba el ingreso y cuando estuve dentro fui lentamente palpando los recuerdos dejando como ultimo bocado de esta amarga colación  la habitación, se me vinieron imágenes de bailes, tardes completas bailando, aun estaban las botellas bacías de las innumerables fiestas, y rallada las paredes con nuestros emblemas y expresiones amorosas y cuentos y poemas que de todos modos me delatarían algún día… yo sorprendido y a punto de llorar, entro a la habitación y me tropiezo con la frazada de Víctor, caigo y me golpee tan fuerte la cabeza que perdí el conocimiento por unos minutos, cuando desperté me costó un poco pararme, pero al cabo que lo hice pude ver en la pared un rallado enorme, lleno de colores y dibujos agradables, flores y relámpagos verdes, rosadas montañas de fuerte brillo, palitos de  dulces de navidad, ríos de plásticos derretidos, soles eternamente estremecedores, violetas y calipsos… decía “pipi te esperamos en el claustro feliz, te quieren rosa, Víctor y Carlos (que aun duermen)… con el tiempo supe desde la prisión que encontraron sus cuerpos apoyados en esa pared y que tenían emparedados tostados con mantequilla y veneno de ratones en sus manos, la muerte debe haber sido dolorosa, pero lo que más le sorprendió fue que a rosa le avían encontrado la guata llena de marcas de besos y un escrito con lápiz de labio que decía adiós bebe… todo era muí sádico para los investigadores y para mi tenía una hermosura radiante… me han dicho que debo conseguir otro abogado, pues se reabre el caso y ahí posibilidades de volver a la libertad…

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