Juan Pdiablo Rudolffi Ugarte
Pezpies, por Pablu. |
Una vez caminamos a ver la tierra
Estaba completamente dichosa
Recuerdo nunca haberle regalado una rosa
Ella no me lo reprochaba era como si esos momentos no tuviesen importancia
Después de ese tiempo todos los momentos eran largos
Ella trabajaba en arrastrar la capa gris que cubría Santiago de madrugada
En las tardes pareciera que esperara algo
Se sentaba en el banco menos pronunciado del centro
Y miraba, solo miraba
Algunas veces quise saber que estaba observando
Pero era inútil
La composición de su cuerpo era demasiada extraña
Aun si supiera algo de sicología
Ella no transaría ese silencio pasivo
Que provocaba que la vean como una copa de cristal limpia
Me hubiese gustado haberla empapado en vino
Sobre todo aquella mañana que no me hablo nunca mas
Llego como siempre depuse de sacar la madrugada
Para que yo le ofreciera un baso de sueños en funeral
Corrigió mi forma de hablar
Se sentó frente a mi
Sospecho que no podría aguantar
Verme estrechando un vivir
Entonces lloro
Y el plato que estaba en la mesa se empapo
Lo tome y bebí
Pedí a dios nunca dejarla partir
Pero ahí fue
En ese momento quede despojado de tal franqueza
Me derrumbo un puñal de promesas
Y desangrado pude verla llorar
cerró los labios tan fuertemente que su boca se sellaba como quemadura
Sentó entonces a dejar de llorar
Tomo mis manos lentamente
Aun recuerdo con que belleza, quise nunca volver a despertar
Pero ella era triste, lo notaba desde mi ausencia
Quise terminar con su tristeza poniendo en la balanza mi compañía
Y así como un jarro de agua fría preferí la soledad
Tape sus ojos para que no viera
Cuando la lanzaba al mar
Así acabe con su dolor
Aun conservando el mío
Yo quise tanto a mi mujer
Que aun siento estar dormido
Plazas atrás, millas y todo
Quizás lo que mas extrañe de aquello
No sea su cara impecable pálida sin venas
Sino que no pueda escucharme en noches como esta
Que la quisiera tomar en brazos
Sorprenderla en un tornado
De las estrellas mas tristes que estén viajando
De las promesas mas grises que abría escuchado
Yo quise tanto a mi mujer
Que hoy me e condenado a ver solo oscuridad
Ella no pone ni quita la alfombra gris
Yo nunca mas volví a salir
Desde entonces estoy en este lugar
Mi mujer yace en el fondo del mar
En algún rincón oscuro de aquel lugar Con corales y peses, callada debe estar…
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